Volver a Argentina (parte II)

       Finalmente después de tan linda recibida ya todos mis amigos comenzaron a irse nuevamente a sus respectivas ciudades donde se encontraban estudiando. Yo por mi lado tenía varias metas a cumplir, la primera era bajar de peso!!! jaja y después de un tiempo comenzar a ver en detalles cosas sobre la carrera que iba a seguir, el lugar y demás.
     Fueron unos meses muy raros los que pasé en esta vuelta, tenía muchos altibajos, los horarios completamente al revés, me iba a dormir cuando me tenía que levantar y estaba cayendo en depresión. Muchas veces me levantaba llorando, o lloraba a cualquier momento del día, o me iba a dormir llorando también. Era muy duro para mi que mi mamá me encuentre en esos estados porque la hacía sentir como si no me estuviese sintiendo cómoda en su casa, en mi propia casa, lo cual me deprimía aún más el hecho de hacerla pasar por eso.
         Por otro lado creo que nadie entendía lo que me estaba pasando, sólo mis amigas que hice en Estados Unidos, que también se encontraban volviendo a sus países; es por eso que muchas veces me iba a dormir tarde, por hablar con ellas ya sea por skype o por chat… hacíamos catarsis jajaj. Tenía tantas cosas por contar y compartir pero no podía estar constantemente hablando de lo mismo una vez en Argentina, en ciertos casos no a todos les caía bien la idea. Probablemente hasta el día de hoy tengo anécdotas que quizá no las conté.
       Para salir un poco de la nada misma en la que me encontraba, comencé a jugar al tenis nuevamente. Duraba 5 minutos en la cancha obviamente porque me cansaba rápido al estar tan fuera de estado y con muchos kilos de más. Además empecé a hacer terapia, con una psicóloga que la verdad no me sirvió para nada, solamente me decía lo que quería escuchar y yo necesitaba alguien que me dé un sacudón, me haga poner los pies sobre la tierra y que me guíe un poco.
       A su vez, había muchas cosas del día a día que me molestaban, hasta la forma de conducir y de hacer las cosas de la gente, la poca simplicidad con las que se hacía todo; me enojaba por cualquier cosa jaja y me llevó un tiempo manejarlo. No sé, creo que estaba tan descolocada y no lograba encontrarme conmigo misma en varios aspectos.
Let’s travel the world 🙂

Un tiempo antes de irme a Estados Unidos, pensaba que a la vuelta la gente iba a estar cambiada y eso me daba un poco de “miedo”, pero creo que nunca me puse a pensar en que era yo la persona que más iba a cambiar. Se me escapó la tortuga jaja.

         En fin, era un combo de cosas con las que estaba lidiando constantemente, hasta que con los años me adapté jaja, no… bueno no quiero asustar a quienes estén por volver a su país después de un tiempito pero creo que depende de la persona puede tomar más o menos tiempo el “sentirte en casa”. Por mi parte con el tiempo los llantos ya no eran tan diarios pero todavía extrañaba mucho no estar en Seattle. Es más, hasta el día de hoy después de 6 años lo sigo extrañando tanto como la primera vez que me fui de esa ciudad.
       Las cosas positivas que me llevo de mi primer experiencia al estilo Marley (excepto que no comí cucarachas) son un montón. Por empezar maduré muchísimo, aprendí a valorar muchas cosas y a restarle atención a otras; a saber lo que se siente la felicidad plena, me conocí más a mi misma, lo que me gusta y lo que no… la clase de gente de la cual disfruto estar rodeada, y la clase de personas que no me aporta nada positivo a mi vida. Aprendí también las cosas que realmente me apasionan y me llenan como persona, descubrí cosas que me gustaban que jamás pensé que podrían gustarme. Hice amistades que son de por vida, y por eso y muchas cosas más esta fue una de las mejores experiencias que pude haber vivido.
          Dentro de todo ese tiempo fuera de Argentina por supuesto también tuve mis momentos en los cuales no la pasé genial, lloré, extrañé y demás pero cada vez que tenía esos días no tan buenos, sabía que era parte del aprendizaje. Estar tristes por algo o extrañar a alguien no es tan malo después de todo, porque esos momentos son los que nos hacen sentir vivos.

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Daiana Fernandez

Daiana Fernandez

Argentina viajera y nómada de alma desde 1989.
Slow Traveler, me gusta viajar lento y tomarme mi tiempo para conocer una cultura nueva. Acuariana apasionada por la fotografía, la escritura y el storytelling.

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