Lo que distingue a Italia es la elegancia, su cultura además de su comida, lo fashion y por sobre todo su arte.
       La mejor época para viajar es entre finales de mayo y principios de septiembre, cuando la temperatura es más que perfecta para cualquier recorrido.
     Finalmente llegamos a Milan. Un amigo, que vive ahí hace varios años, nos fue a buscar hasta el aeropuerto de Bergamo, que por cierto al ser uno de los que recibe a los vuelos de bajo costo, como lo mencioné en otro momento, son los que quedan MÁS alejados de la ciudad. Por lo tanto, aprovecho este post para agradecer a Luis que se tomó el trabajo de viajar 60 minutos en auto y por supuesto por habernos hospedado por varios días.
        En el círculo interior de Milán hay cuatro plazas: Piazza del Duomo, Piazza Castello, Piazza Cordusio y Piazza San Bablia, que es la entrada al distrito del negocio y la moda.
        Nuestro recorrido por la ciudad comenzó por el Duomo, considerada una de las catedrales más grandes del mundo, es el centro geográfico y espiritual de Milán y un buen punto por donde arrancar la caminata turística. Luego entramos a Galleria V Emanuele II que conecta Piazza del Duomo con Piazza della Scala. Dentro de la galeria se encuentran cafés, tiendas de ropa y demás; es conocida como el “living room” de Milan y las bóvedas del techo están decoradas con mosaicos que representan las cuatro partes del mundo: Europa, Asia, África y América.
Duomo

Como Italia es conocida también por su “gelato” (helado), el primer día entré a una heladería camino a Castello Sforezco, y es una pena que no recuerde el nombre de la heladeria porque realmente eran exquisitos.

      Castello Sforezco es un fuerte construido en 1368 en defensa en contra de Venecia y después fue usado como cuartel del ejército, establo de caballos y como lugar de almacenamiento antes que da Vinci lo convierta en un estudio.
      Lo que más me gustaba de estar en Milan y viajar en metro, era observar a la gente, de todas las edades y etnias diferentes, de repente te encontras con un grupo de mochileros y al lado con una modelo bien morena y piernas delgadas, extremadamente estilisada, lo que hacia fácil identificar a quienes se encontraban en el negocio de la moda y a quienes no.
      Particularmente, Milán no me maravilló demasiado, creo que en parte se debe a que tampoco la exploré a fondo y los primeros días no fueron muy buenos en cuanto al clima. Por eso, esa opinión la dejo sujeta a cambios 😉
    Si bien estuvimos en la ciudad por varios días, (yo más que nada, ya que Guille se iba a España en unos días y luego regresaba a Argentina) nos pasamos la mayoría del tiempo yendo y viniendo desde Milan a Venecia, Roma y Florencia.
Lo único que teníamos que hacer era armar una mochila con las cosas necesarias, la guía de viaje que no podía faltar, algo para desayunar en el tren y allá ibamos hasta Stazione Centrale a comprar nuestro boleto para ir a Venecia 🙂

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Daiana Fernandez

Daiana Fernandez

Argentina viajera y nómada de alma desde 1989.
Slow Traveler, me gusta viajar lento y tomarme mi tiempo para conocer una cultura nueva. Acuariana apasionada por la fotografía, la escritura y el storytelling.

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