Planear un viaje no lleva mucho tiempo, todo es cuestión de organización y por sobre todo predisposición. Por lo general me gusta viajar con alguien más, pero varias veces me encontré recorriendo lugares sola y me di cuenta que también lo puedo hacer. El organizar un destino con otras personas lleva un poco más de “dedicación y paciencia” porque hay que coincidir destinos ,fechas, presupuesto, etc.
El destino es la parte más fácil, más cuando se trata de lugares que tienen la etiqueta de “must visit” (debo visitar) en nuestra lista. Lugares como Los Angeles, San Francisco, San Diego, Nueva York, Las Vegas, etc. Todos queremos ir ahí. Aunque una vez que los conoces, tener en mente otros destinos un poco menos populares y salirse de lo típico nunca viene mal, siempre vas a encontrar algo interesante y hasta muchas veces mejor.
El presupuesto y las fechas… gran problema. Con mis amigos de Argentina, quienes están trabajando por la temporada de invierno en los estados de California y Idaho, cuánto gastar y cuándo podemos ir era la gran cuestión para ponernos de acuerdo. En principio todos teníamos en mente a “la ciudad del pecado”… Las Vegas.
Intenté coincidir en fechas con mis amigos y eso no parecía tan complicado pero al final nunca llegamos a un acuerdo más que nada por el trabajo de ellos, lo que nos trababa era que esta temporada de nieve está en “un momento crítico” porque los resorts no cuentan con la cantidad necesaria de nieve para atraer a turistas, por lo tanto el trabajo es escaso y no podíamos tener un presupuesto más o menos armado con anticipación porque dependíamos de las condiciones climáticas que variaban todos los días. Bueno en realidad mis amigos dependían de si nevaba o no… yo dependía de ellos.
En un momento me di cuenta que este viaje estaba muy lejos de concretarse y finalmente me decidí por viajar a Calfornia. Me compré la guía “discover California” de Lonely Planet, me costó mucho elegir, estuve horas en el bookstore porque las opciones eran infinitas pero después de todo creo que elegí bien. Para empezar con mi “organización” las ciudades que tenía en mente, como para hacer un colador, eran San Diego, San Francisco, Los Angeles y Lake Tahoe (para visitar a mis amigos). Como siempre yo pienso en los contactos que puedo tener en cada uno de esos lugares, de acuerdo al tiempo, cuánto es lo máximo que quiero gastar y las fechas, las cuales en este caso eran bastante adaptables por lo tanto podía planear con un poco más de flexibilidad.
Después de analizarlo, Los Angeles y San Francisco ya estaban casi cocinadas. Mi viaje a LA surgió más que nada de un momento a otro; como dije, estaba en mi lista pero esta vez no me parecía una ciudad como para recorrerla por mi cuenta. Hablando con un amiga me recordó acerca de alguien que conocía cuando era Au Pair (babysitter) y que actualmente se encuentra viviendo en Anaheim, CA a minutos de Los Angeles. Llegué a casa y me senté a escribirle un mail para ver si podíamos llegar a coordinar algo. Para mi suerte, así fue. Además por parte de mi familia de Seattle me hicieron contacto con una prima de ellos que yo en realidad conocí durante la fiesta de año nuevo. Esta persona resultó ser muy muy interesante, después en otro post voy a contarles con más detalles. Nos organizamos muy bien tanto con mi amiga como con Ellen, la prima de mis host y finalmente mi viaje a LA estaba tomando color.
En cuanto a San Francisco, lo estaba planeando con mi amigo Germán, con quién viajé un mes a Brasil en 2010. Después de tantas idas y vueltas en el tema de las fechas (nuevamente) logramos coordinar y todo parecía en marcha. Se presentó un imprevisto que era el horario de bus en el cual él tenía que ir hasta San Francisco. Partía a las 2 de la tarde y llegaba a las 7pm (con suerte). Germán solamente tenía 3 días libres de los cuales 2 se la iba a pasar viajando. Era entendible, por lo tanto otra vez viajaba sola.
Como siempre, contaba con couchsurfing para hospedarme en San Francisco. Unas semanas antes mandé mails a varias personas para ver qué suerte tenía; funcionó perfecto y logré hacer contacto con alguien en Mission District, uno de los barrios más interesantes de la ciudad. Mi familia en Seattle no estaba de acuerdo con que utilice ese método y por su cuenta me contactaron con amigos en SF. Si bien podría haber elegido quedarme con alguien de confianza, opté por seguir mis instintos couchsurfisticos (ya voy a registrar esa palabra ja), me gustaba la idea de poder compartir mi viaje con alguien que me pueda dar consejos sobre a qué lugares ir, dónde salir, dónde comer, etc. Principalmente dónde comer, jaja!
Durante toda la semana estuve chequeando vuelos desde Seattle a Los Angeles y desde San Francisco hasta Seattle, los precios eran razonables y comprando ida y vuelta el paquete entero me salía lo mismo que comprarlos por separado. Muchas veces nos quedamos con la idea que comprando todo junto es más barato, en realidad les recomiendo que chequeen por su cuenta, más cuando los horarios de los vuelos no son lo que realmente buscan. Las aerolíneas que suelen tener vuelos de bajo costo son jet blue, alaska, virgin airlines entre otras; yo por lo general uso siempre el mismo buscador que se llama expedia. La aerolínea southwest tiene vuelos baratos también y no aparece en expedia, por lo tanto no es mala idea chequearla aparte 😉 Para saber si los vuelos van a subir o bajar y cuándo es mejor comprar, el buscador bing es de gran ayuda , si bien no logra darte una estadística en vuelos que no son tan populares, para las rutas como Nueva York, Las Vegas, Los Angeles etc. te pueden llegar a servir. Por supuesto hay otros buscadores de vuelos baratos como travelocity, kayak, etc.
Por qué les doy estos tips? más que nada el de bing… lo descubrí después de no haber comprado mi vuelo. Una noche, dije “mañana lo compro apenas me levanto”; al día siguiente cuando me despierto lo primero que hice fue prender la netbook y lista para comprar los vuelos… habían aumentado!! ni siquiera de un día a otro… en horas!! estaba indignada, si bien no era tanto la diferencia, cuando uno tiene un presupuesto destinado para algo y lo tiene que cambiar, molesta. Finalmente lo compré pero con unos cuantos dólares de más.

Otra cosa es el equipaje, para estos vuelos ahora parece que todos cobran el chequeo de una primera valija (al menos que yo recuerde antes no era así) y todas las aerolíneas lo hacen excepto Jet Blue 😉 que te deja chequear el primer equipaje free. Las demás por lo general cobran entre 20 y 25 dólares según la empresa.
Por supuesto, sea como sea yo no iba a pagar 20 usd por cada valija… así que a sentarse arriba para cerrarla se ha dicho!
Con tickets aéreos en mano, mi guía de viaje infaltable, contactos hechos y valija apretada… estaba lista para partir a CALIFORNIA 🙂