Oh Ibiza!
Con Sofi compramos nuestros vuelos por unos 70euros con una aerolínea de bajo costo. Armamos una valijita para las dos, teníamos la idea de llevar curriculum a algún lugar y quedarnos al menos un mes si conseguíamos algo de trabajo.
Nos alquilamos una habitación en una casa de familia, y básicamente desde que llegamos no hicimos más que recorrer las distintas playas y la noche ibizenca. Nuestros curriculums? Ni idea! jaja yo ni siquiera había impreso el mio, así y todo nos quedamos unos 18 días.
Cada playa en la isla vale la pena visitar, algunas tienen más concurrencia que otras por la cercanía al centro de la ciudad pero la verdad es que aquellas que están un poco más alejadas a mi gusto son las más lindas.
El clima siempre fue perfecto, el ambiente y la vibra sin dudas eran excelentes y el lugar estaba colmado de gente relajada, viajeros de distintas nacionalidades con trabajos temporarios, y artesanos que corren con sus collares y pulseras por la playa para que la policía no los arreste.
Apenas llegamos recorrimos la playa más cercana, y ya nos estábamos ambientando a la onda ibizenca; cada boliche hacía su intervención con bailarines y algún otro show en el que te terminaban regalando alguna pulsera o free.
Platja d’en Bossa (Playa d’en Bossa) es la más concurrida, se llena de jóvenes y gente que no lo era tanto. No importaba si eran gordos, flacos, si tenían o no tenían… ese era el lugar de la liberación humana. Si bien no era la primera vez que estaba en una playa nudista, el contexto era un poco diferente. Cuando estuve en Grecia, las playas en las cuales la gente caminaba desnuda no eran tan masificadas y probablemente eran un poco más familiares.
Esto era algo diferente, y aunque no era sorprendente para ellos ver cuerpos desnudos, parecía que tomar mates fríos (tereré) era lo más raro que vieron en su vida.
Sofía y yo llevamos un termo con jugo y hielo, la yerba la pusimos en una bolsa, y aparte llevamos un vaso y una bombilla. Nos pusimos a preparar los mates mientras estábamos sentadas en la playa. Sacamos la bolsa que tenía yerba, y la volcamos al vaso… la bombilla se nos había tapado por lo tanto estábamos lidiando con eso intentando absorber una y otra vez. En un momento sentí un millón de ojos, miré hacia arriba y todos estaban a nuestro alrededor observándonos y preguntándose qué es lo que estábamos consumiendo. La codeé a Sofi y nos reímos. Esa tarde más de uno se acercó a preguntarnos qué era esa yerba, o pasaban por al lado nuestro intentando disimular que iban a otro lugar, nos miraban y finalmente se sacaban la duda. Jaja fue muy gracioso cómo nuestro mate captó la atención.
En las noches solíamos ir al centro a comer y tomar algo. Mientras caminas podes ver drag queens, rrpp de boliches y bares que te ofrecen entradas “gratis” para algún lugar. La verdad es que en todos o en la gran mayoría podes entrar gratis hasta un cierto horario, por lo tanto enganchan a la gente que no conoce para que cenen y tomen en su bar con la excusa de darles free pass que podrían conseguirlos sin gastar un centavo. Las entradas para los distintos lugares varían según el día de la semana y las fiestas son una locura. Fuimos a “Amnesia”, esa noche era la fiesta de la espuma… se hicieron las 8 de la mañana, la fiesta seguía y la espuma todavía no había caído.
Una tarde fuimos a San Antonio, al famoso Café del Mar, conocido por la música que reproduce y sin dudas uno de los mejores lugares para apreciar la caída del sol. La playa se colma de gente, se siente una atmósfera increíble y cuando finalmente cae el sol, se llena de aplausos.
Entre esos días que estuvimos en Ibiza también nos tomamos uno exclusivo para visitar Formentera… y hacia allá nos embarcamos!