Me quedaban solo dos días en la bella ciudad de San Francisco, y me estaba arrepintiendo de no haber comprado un vuelo para después del fin de semana.
Me volví a levantar temprano en la mañana y esperaba a mis amigos de Argentina, ellos se encontraban trabajando en Lake Tahoe a unas 3hs en auto aproximadamente. La noche anterior me llamaron diciendo que tal vez conseguían un ride desde ahí hasta San Francisco, y así fue…
Apenas llegaron, busqué mi cámara, mi guía de viajes infaltable y fuimos a desayunar a un lugar llamado “Boogaloos” en el barrio The Mission que nos recomendó mi host de couchsurfing. Si hay algo que hice durante esos dos meses en Estados Unidos fue desayunar como una reina jaja… esas mini tortas de blueberry te hacen agua la boca!
Después de recargar energías caminamos a lo largo de mission st. hasta llegar a downtown, mi idea era ir al Market pero parece que me informé mal porque no está todos los días, sino los miércoles. El día estaba un poco inestable, el fog que había en la ciudad me recordaba a Seattle.
Caminamos a lo largo de Market St., la principal de la ciudad y donde sentir el sonido del cable car y verlo pasar la hace mucho más interesante que cualquier otra que hayas visto antes.
Con estos chicos no lograba ir a almorzar en lugares no típicos que no sean cadenas de comida rápida, con ellos conocí el menú de 1usd en Mc Donald’s! jaja. Ese mediodía almorzamos en Subway, que todavía es más o menos aceptable. Intenté cuidarme con las comidas lo más que podía, después de haber vivido un año entero en EE.UU y con 17 kilos de más, en dos meses tranquilamente podía aumentar considerablemente de peso.
Seguimos nuestra caminata, pasamos por un par de locales de ropa y aunque suene increíble era yo la que tenía que esperar a los hombres que terminen de comprarse sus prendas! En el camino pasamos por Union square que está rodeado por las tiendas más chick y por supuesto más caras. Hicimos un stop ahí, sacamos algunas fotos y nos divertimos un rato. En un momento nos cruzamos al frente y entramos todos a Victoria’s Secret, siii jajaj.
Nos dirigimos luego al barrio chino, que tengo que decir que no me suelen agradar esos lugares donde todos venden lo mismo, todos te ofrecen lo mismo, pero el de la ciudad de San Francisco era más pintoresco y vale la pena su recorrido. Por supuesto, me metieron el perro y compré un par de cosas para mi cámara cuando solo entré a preguntar por una memoria un poco más grande.
Se estaba haciendo de noche pero no íbamos a volver sin caminar por Fisherman’s Wharf, un poco sin sentido porque ya no había movimiento de gente y estaba un poco despoblado a esas horas.
Después nos tomamos el cable car de vuelta a Mission, al bajarnos caí en la trampa del menú de un dólar en Mc Donalds! y mi idea era ir a comer tacos en un lugar típico, pero con estos chicos era imposible. Comí 2 hamburguesas y un helado todo por 3 dólares! jajaj llevaba casi cumplidos mis dos meses en Estados Unidos, iba bien pero finalmente tropecé con la casa de los anillos dorados.
Volvimos a la casa de mi couchsurfer, nos bañamos y salimos a un bar llamado “Latin American Club” donde nos habían recomendado algunos tragos y la onda del lugar. Llegamos y estaba lleno, no había lugar para sentarnos así que durante un rato estuvimos en la barra, la atención del lugar era pésima y nunca probé una margarita tan horrenda como esa. Esa noche fuimos de bar en bar o de boliche en boliche como dice la canción. Me dí el gusto de comerme una porción de pizza gigante de pesto en Escape from New York Pizza y volvimos.
Un día más era lo que tenía en esa ciudad que me enamoró por completo…